1 de agosto de 2010
Los que nunca quedan bien, los árbitros
Tan solo poco antes de iniciar el segundo tiempo del juego entre Deportivo Bremen y Botica Internacional, Abarca excluyó a otro miembro del cuerpo técnico de Botica Internacional.
En el complemento los papeles se invirtieron, los visitantes dejaron de cometer faltas sancionables con tiros libres directos y más bien los locales serían quienes se comenzarían a acumular dichas faltas.
La presión de los rojos de Botica Internacional comenzó a notarse cuando José Jiménez a los veintidós minutos con cinco segundos (dos minutos con cinco segundos del segundo tiempo) anotaría el tercer gol para su equipo. Poco después, al minuto veinticinco con cuarenta y un segundos (minuto cinco con cuarenta y un segundos del segundo tiempo), Monge lograría el empate momentáneo y segundo gol personal.
El balón al igual que los árbitros uno y dos iban y venían sin cesar hasta que a los treinta y un minutos con veintiún segundos (once minutos con veintiún segundos del segundo tiempo), Allan Solano lograría el quinto gol para poner la pizarra cinco a cuatro, la cual a la postre no se movería más.
A partir del minuto treinta y dos con catorce segundos (doce minutos con catorce segundos) cualquier falta sancionable con tiro libre directo que cometieran los locales sería ejecutada con un tiro libre directo sin barrera desde el segundo penal a los diez metros de la portería si la falta la cometió un jugador (local) entre la superficie de juego visitante o en superficie esparzana entre la línea media y la línea imaginaria paralela al segundo penal.
Si la falta se cometiese entre la línea imaginaria paralela al segundo penal y la línea de meta fuera del área, el equipo favorecido en este caso Botica Internacional tomará la decisión de ejecutar dicho tiro libre desde lugar donde se cometió la falta o desde el segundo penal.
Los visitantes solo tuvieron una oportunidad de lograr un gol mediante esta vía cuando los locales cometieron su sexta falta, mas el habilidoso Víctor Fonseca le pegó tan fuerte al balón que éste se fue totalmente arriba de la meta defendida por Juan Miranda.
Con el marcador en contra, el experimentado Erick Arce ingresó al campo con vestimenta de arquero para pasar a jugar con el sistema cinco – cero y así crear superioridad numérica en ofensiva, sin embargo, en lugar de conseguir más goles, los visitantes comenzaron a acumular faltas sancionables con tiro libre directo y además, amonestaciones, tanto así que el mismo Arce, José Jiménez y José Méndez fueron expulsados por acumulación de tarjetas amarillas, siendo la de Mendez la más inocente, al ingresar al campo sin autorización.
Todo esto se dio en las postrimerías del encuentro, los esparzanos, con dos jugadores más sobre el terreno de juego, una y otra vez intentaron batir la meta visitante, pero los capitalinos como verdaderos gladiadores evitaron en idéntica cantidad de ocasiones que los parciales locales celebraran la máxima expresión del futsal, el gol.
Tras finalizar el encuentro cuánta razón tiene Eduardo Galeano al decir que “Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias”.
En esta oportunidad tanto victoriosos como derrotados lograron más goles que el adversario cuando locales y visitantes cometieron más faltas y curiosamente, ninguno logró anotar cuando contaron con superioridad numérica.
El árbitro es juez, ¡sí!, y tiene que aplicar las reglas sin importar el color a que se beneficie, aunque ésta, será en ocasiones, por no decir siempre, vista diferente desde la perspectiva de ambos bandos y sobre todo, del hincha.
Otra vez, Galeano tiene razón al decir “durante más de un siglo, el árbitro vistió de luto. ¿Por quién? Por él. Ahora disimula con colores”.
Fotografía Cortesía Futsal en Acción
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Excelente crónica y más aun el cierre, felicidades!!!
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