6 de octubre de 2010

Santísima Trinidad es una Premier



Las tribunas del Complejo Deportivo Santísima Trinidad en San Joaquín de Flores se abarrotaron mucho antes de que iniciara el partido. Y es que no era un partido común y silvestre sobre la grama sintética de dicho recinto deportivo, era el trascendental juego en donde se definía el ascenso a la Liga Premier.

Para los simpatizantes de ambos equipos ni el fuerte aguacero que arreció al final de la tarde previo al cotejo fue impedimento para que colmaran las graderías para alentar a Santísima Trinidad o a los erizos de El Coyol.

Ambos contendientes desde que inició el encuentro se entregaron en busca de un objetivo en común, el título. Era todo o nada, ya no había un más allá. Al terreno de juego ingresaron dos equipos finalistas, mas al finalizar saldría un campeón y por consiguiente un subcampeón.

Los parciales locales estallaron en júbilo cuando Jonathan Eduarte inauguró el marcador y poco después Marvin Obando aumentó la cuenta, no obstante la respuesta no se hizo esperar y Fabio Mena consiguió el descuento. El empate a dos llegaría por intermedio de Ángel Arana. El mismo Mena lograría el tercer gol para los visitantes.

La respuesta local no se hizo esperar y Obando anotaría el tercero y cuarto gol para su equipo. Los visitantes no se dieron por vencidos y por intermedio de Michael Pérez. Con el cuatro a cuatro en la pizarra se cumplieron los cuarenta minutos y fue necesario ir a la prórroga.

En los tiempos suplementarios ambos elencos iniciaron con gran ímpetu las acciones con un objetivo claro, salir campeón. Pérez anotaría el quinto alajuelense. El sueño del ascenso estaba cerca, pero los locales también querían ascender y el empate a cinco llegaría lo conseguiría Obed Dijeres.

Poco a poco el agotamiento iría causando mella en los protagonistas, pero el deseo por ascender revitalizó a los locales y Dijeres, Eduarte y nuevamente Dijeres anotarían el sexto, sétimo y octavo gol para poner el tanteador de ocho a cinco con el cual los florenses estallaron de euforia cuando el cronometrista Israel Chacón indicó el final de los tiempos extras y por ende del partido.

Santísima Trinidad, el nuevo inquilino de la Liga Premier, fue el equipo más goleador del torneo al conseguir ciento catorce goles en catorce juegos para una media de ocho, catorce goles por partido. Fue el equipo que más goles anotó en un solo partido, aquella tarde del cuatro julio cuando vapuleó a domicilio al Real San José tres a veintiuno.

En las filas del nuevo benjamín de la máxima categoría del fútbol sala se encuentra el máximo anotador del certamen, Marvin Obando Rodríguez quien logró veintiocho goles.